En Arahal (Sevilla) se ha abierto el primer museo dedicado a la figura de la mujer en el flamenco... a qué esperas para visitarlo.

martes, 15 de febrero de 2011

Notas Históricas de La Casa del Aire, sede del Museo de la Mujer en el Flamenco



Fachada de La Casa del Aire frente a la Plaza de la Corredera.
El edificio donde se ha ubicado el Museo de la Mujer en el Flamenco de Arahal, es uno de los más emblemáticos de la zona del centro de la ciudad; si diésemos un   paseo por sus calles, nos encontraríamos con una arquitectura tradicional que ha sobrevivido a los avatares de la historia. Es cierto, que si viésemos algunas fotografías de la primera mitad del S.XX de la fisonomía arquitectónica de la población, apreciaríamos esos cambios de una forma mucho más evidente, y podríamos llegar a la conclusión que actualmente las nuevas casas repiten un mismo modelo, un modelo cuyo origen se remonta al siglo XVIII. Pues del siglo XVIII es precisamente La Casa del Aire, sede del Museo de la Mujer en el Flamenco.
     Incluso la originalidad de esta obra perteneciente a la arquitectura tradicional andaluza, permanece oculta tras su nombre "Casa del Aire"; quizás muchos piensen que ese nombre se debe al ingente número de ventanas que tiene el edificio, pero la razón es que tiene tres de sus fachadas al aire. Una que da a la Calle Cervantes, otra que se sitúa en la calle Veracruz, y la más destacada (ver foto), que da directamente al centro de la ciudad, a la Plaza de la Corredera.      

Fachada Plaza de la Corredera y fachada Calle Veracruz.
    Por fuentes orales (aún habría que corroborarlo por medio de otras fuentes), en su origen el edificio estaba totalmente exento, ya que había en la parte posterior de la casa un callejón que unía la calle Veracruz con la calle Cervantes (actualmente ese callejón estaría ocupado por lo que es hoy la sede de Cáritas en la calle Veracruz, y una casa particular con una tienda por la calle Cervantes); este dato nos explicaría realmente el origen del nombre de esta construcción, ya que literalmente los propietarios de esta casa no tenían vecinos, la casa estaba al aire formando un único bloque o manzana.



Fachada Calle Cervantes
Tomando como fuentes la "Guía Artística de Arahal" de Juan Luis  Ravé Prieto, y el manual publicado por la Junta de Andalucía sobre "Arquitectura Doméstica Tradicional en Andalucía" de las Jornadas Europeas de Patrimonio en 2002; podemos decir que La Casa del Aire es el reflejo de la residencia del gran propietario rural sevillano del S.XVIII, siendo su arquitectura la manifestación de la elevada posición social y económica de sus dueños, la familia Benjumea Troya. El gran propietario rural sevillano imitaba la arquitectura señorial de la capital, siendo su principal característica   la monumentalidad, que contrastaba con la inmensa mayoría de viviendas campesinas que había en la población. En muchas ocasiones se les llama casa-palacio.





     Las características de esta monumentalidad  se materializa principalmente con: portones exteriores, patios columnados, umbrales y determinadas solerías. El mármol es el preferido, y también se utiliza la piedra caliza, ambos materiales tienen que ser importados, especialmente en el ámbito de la campiña sevillana y la vega.


Entrada Calle Veracruz.
   La planimetría de la vivienda del gran propietario es de  una gran complejidad ya que dispone de un gran número de dependencias muy especializadas, dotadas individualmente de una función concreta. Haciendo una clara separación de la zona de residencial y del área que mantiene una cierta vinculación con el laboreo agrícola, herencia de las antiguas "villae" de época romana. Esta separación se aprecia perfectamente en La Casa del Aire, la zona donde está ubicado el museo era la zona de residencia de los propietarios y la zona que ocupa actualmente la Escuela de Música y Danza  de Arahal era la zona de labranza de la casa. Ambos espacios estaban separados por un  patio-corral, zona que se aprecia perfectamente entrando tanto por la entrada de la calle Cervantes, como por la entrada de la calle Veracruz.  La existencia de este patio-corral se explica por la necesidad de disponer de acémilas y carruajes que cubrían las demandas del dueño, familiares y empleados. En muchas ocasiones este espacio tenía función de cochera.





Vista del patio-corral desde la entrada de la Calle Cervantes.










Entrada Interior al Museo.
   La estructura de la vivienda del gran propietario se organiza en torno a un gran patio central, reproduciendo el esquema tradicional de la vivienda señorial mediterránea. Normalmente la residencia tiene dos o tres plantas. La Casa del Aire tiene tres plantas, este hecho se debe a que dependiendo del período del año, la vida doméstica se trasladaba a la planta baja en verano, que era más fresca, conservándose el enlozado de mármol y locería hidraúlica;  y lo hacían a la primera y segunda planta en invierno, conservándose en la primera planta la madera de sus suelos para preservar el calor.
El patio central es ahora la sala número 5 del museo, era este patio el que distribuía los espacios y el que proporcionaba luz a la residencia. Al mismo se abrían unas estancias como el comedor principal, comedores de diario, salas de costura, sala de juegos, y también daban al patio los corredores por los que se llegaba a los dormitorios, emplazados en la planta alta, que rara vez limitaban directamente al patio, buscando la intimidad y el silencio. Este espacio actualmente lo ocupa el Museo de la Mujer en el Flamenco.



Restos de la antigua cocina de la casa.
     La cocina solía emplazarse al final de la vivienda, dando al corral-patio, la actual entrada por la calle Cervantes formaba parte de las cocinas quedando un elemento que nos muestra esta función en el zaguán de esta entrada, en la zona izquierda,  podemos apreciar un torno y un pequeño elevador que servía para hacer llegar la comida directamente a los comedores tanto de la planta baja que era el  comedor de verano, ahora aula de música, como de la planta primera que era el comedor de invierno, actualmente es sala de exposiciones temporales del  museo.






Azulejería original de la casa.
   En el proceso de restauración de la casa se ha respetado desde ventanas, puertas, azulejería, cubierta y pavimentado original de la misma.  La ornamentación es un elemento muy presente en la vivienda del gran propietario sevillano, que aparece tanto al exterior como al interior. Dando a la calle se encuentra con mayor profusión en la fachada principal: saledizos, balconadas, rejerías, escayolas, alicatados... incluso en algunos casos presentan torre-mirador, como en Osuna y Écija, en La Casa del Aire, los balcones tienen una riqueza mayor en la fachada mirador que da a la Plaza de la Corredera. Hay que destacar que los balcones son de gran tamaño, ocupando casi toda la planta correspondiente, así como por su estructura voladiza sobre la calle.

           


cristaleras originales.
    Para Carlos Flores el origen de este tipo de ventanas hay que vincularlo al deseo de ruptura con la casa andalusí, ya que permite un amplio campo visual a ambos lados de la calle, pero al tiempo se sigue conservando la intimidad de ésta última, con la finalidad de ver sin ser visto mediante el uso de celosías. La presencia de rejas de forja en estas ventanas aumenta su valor decorativo y es uno de los elementos más típicos de la vivienda tradicional no sólo en Sevilla sino en toda Andalucía.


   Todo aquel que visite el Museo de la Mujer en el Flamenco de Arahal, también visitará una joya de la arquitectura tradicional andaluza.  Si quereis descubrir algunos de sus secretos que permanece oculto tras sus ventanas, esta casa tiene sus puertas abiertas para todo el mundo que por mera curiosidad quiera desvelar la huella que nos ha dejado la historia de nuestra tierra.



2 comentarios:

Urko dijo...

Enhorabuena!! Habéis hecho un trabajo excelente y el museo en sí es una maravilla. Ahora nos toca a nosotros difundirlo y promocionarlo y saber valorar lo que tenemos. Un saludo y ánimo!

Lola Sánchez dijo...

Muchas gracias Urko, necesitamos el máximo apoyo posible para que el proyecto siga vivo, y poco a poco crezca como un árbol. Ya es hora que Arahal se escuche en todas partes.