La Exposición de Carteles Antiguos de Recitales Flamencos abarca tres periodos:
Época de los cafés cantantes: (1850-1920) Local donde se despachaban bebidas y se ofrecían recitales de cante, baile y toque flamencos. Los cafés cantantes estaban instalados alrededor de un patrón general: un salón, lo mas amplio posible, y decorados con espejos y carteles de toros, en el que además de las sillas y mesas destinadas al público se levantaba el tablao en donde actuaba el cuadro flamenco. Por las salas y tarimas de los cafés cantantes pasó junto a todo lo mejor y peor del género flamenco, el más insospechado, variopinto y abigarrado mundo de colores y sensaciones: circo, teatro, bailes americanos, franceses, exóticos, de agarrado y de escuela bolera, solistas musicales, lidia de becerros, magia, cinematógrafo, comparsa y chirigotas, cupletistas, coros, audiciones de fonógrafos… Los cafés cantantes de Sevilla marcaron la pauta por la que se movieron los demás cafés.

Época de la Ópera Flamenca: (1920-1955) En términos generales se define la ópera flamenca como espectáculos flamencos de cante, baile y guitarra, que proliferaron por toda la geografía española, organizados por empresarios profesionales, y celebrados por regla general en plazas de Toros y grandes teatros. El origen de su denominación se debe a que sus promotores aprovecharon ingeniosamente una disposición tributaria, por la que entre los espectáculos públicos, los de conciertos instrumentales y la ópera sólo tributaban el 3 por ciento, frente al 10 que tenían que tributar los de variedades.
Época del Neoclasicismo Flamenco: (1955-1992) Un período donde predominaban los festivales y donde el baile se difundía a través de los tablaos. Certámenes como el de el Potaje de Utrera (1957), Arcos de la Frontera (1961), el Festival de Canciones y Cante Fla¬menco de Mairena del Alcor (1962), el Gran Festival de Cante Grande de Écija (1962), el Gazpacho Andaluz de Morón de la Frontera (1963), la Caracolá de Lebrija (1966) o el Festival de la Guitarra de Marchena (1967). Todos ellos se celebran en verano, en espacios grandes y abiertos, por lo que se crea un circuito de contrataciones que intensifica el trabajo de los artistas en la época estival.